El secreto está en el agua del manantial

Pedacito de bitácora, donde guardo a salvo los secretos.
Hoy te ví nuevamente y mis fibras interiores vibraron cuando te abracé, tanto tiempo me pareció infinito hasta que llegaste nuevamente a mis brazos.

Una lágrima corrió por mi mejilla hasta posarse sobre tu hombro, esa lágrima empapó en un instante tu camiseta negra, pero no lloraba de tristeza, la emoción de estar de nuevo contigo me hizo temblar el corazón y esa lágrima brotó como un puro manantial desde la roca.

Sentí muy profundamente tu abrazo, sentí tus manos sostener mi espalda, empujar mi pecho contra el tuyo con la necesidad del calor de mi piel, tu pecho mi nido de amor donde vuelvo a morar en paz.

Tus manos con la fuerza de tu cariño me sostienen, me detienen en la inmensidad, me dejo llevar donde tus manos de palomas vuelan y se posan. Siento tu aliento cálido en mi cuello, cómo rozan tus labios mi piel, que se estremece al sentirte tan cerca.

Sólo tus manos me acarician como la brisa de una noche de diciembre, tu dulce voz me seduce, me lleva a los mas altos estados de la emoción donde todo es paz.

Pero volviste y una lágrima se derramó sobre ti.

No hay comentarios: